Pese a que no tiene brazos, el artista nicaragüense toca la guitarra con los pies, se ha superado y ya tiene escrito un libro
Para Tony Meléndez, no tener dos brazos no es impedimento para alcanzar sus anhelos, al contrario, eso fue el impulso que lo llevó, cuando tenía 16 años, a pasar seis o siete horas diarias maniobrando, con los pies, una guitarra.
La vida de Tony no ha sido nada fácil pues nació sin dos extremidades a consecuencia de que su madre tomó talidomina durante el embarazo, situación que generó la discapacidad del artista.
El músico nicaragüense, radicado en los Ángeles California, afirma que a sus padres les debe muchos pues ellos son su principal motivación para salir adelante y luchar en esta vida.
Es increíble ver que el compositor tomé un volante con los pies, pero más extraordinario es oírlo cantar y ver cómo sus dedos de los pies se mueven al ritmo de “Let It Be” de los Beatles.
“Ante los ojos de Dios yo soy completo”, manifiesta Tony quien platica las anécdotas que marcaron su vida cuando era niño y joven.
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