En Europa, durante los siglos XI y XII tuvo su origen un gran movimiento de renovación artística que llegó para armonizar todas las manifestaciones previas, creando un lenguaje específico y coordinado aplicado a todas las artes. Fue la época en la que surgió el arte Románico, llamado de esa manera por dos razones: por derivarse del antiguo arte romano y porque su nacimiento tuvo lugar en el pleno desarrollo de las lenguas romances, derivadas del latín o romano.
Esta escuela se dedicó principalmente a levantar iglesias y monasterios, por lo que se la relaciona directamente con el arte del cristianismo. Las construcciones derivaban de las antiguas basílicas romanas, y contaba con la única innovación de poseer una planta de cruz latina en lugar de la antigua planta rectangular. Además, los techos de madera de los primeros templos fueron reemplazados con bóvedas de cañón, que significaban menor peligro frente a las recurrentes amenazas de incendio. Para la construcción de estas bóvedas se disponían piedras sobre arcadas de madera que se retiraban una vez finalizada la obra.
Para contrarrestar la enorme presión que ejercían las bóvedas en todo el edificio, fue necesaria la construcción de muros sólidos y gruesos. Los mismos generalmente carecían de aberturas, y aportaban, a las iglesias románicas, un toque sombrío y de inminente oscuridad. También solían realizarse contrafuertes exteriores para reforzar los edificios.
Con el tiempo, para disminuir el efecto “tenebroso” que creaban los muros macizos y oscuros, los románicos comenzaron a colocar pinturas y esculturas vinculadas directamente con la necesidad de llenar los grandes espacios que dejaban en sus construcciones, alejándose de la existencia fuera de las catedrales. Generalmente, los artistas eran los mismísimos monjes, aunque también fue de suma importancia la obra de los constructores masones, magnates de la piedra franca (francmasones) que ambulaban de localidad en localidad en busca de mejores oportunidades laborales.
El término románico, como concepto que define un estilo artístico, fue utilizado por primera vez en 1820 por Charles de Gerville, significando con este término a todo arte que se realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio Romano; y por analogía al término ya conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las lenguas románicas eran las sucesoras del latín.
Un fenómeno importante en el contexto temporal del románico fue el terror milenarista o terror al milenio, que tuvo su origen en una serie de profecías basadas en el texto apocalíptico de San Juan, que vaticinaba horribles catástrofes anunciadoras del fin del mundo. Estas catástrofes se producirían cuando la humanidad cumpliera el primer milenio desde el nacimiento de Jesús. Pero ninguna de estas profecías llegaron a producir un terror generalizado de histeria colectiva, ni tampoco se cumplieron los terribles vaticinios de los textos milenarios. Precisamente la historiografía del siglo XI atribuyó el origen del estilo románico, al sentimiento general de acción de gracias que recorrió Europa, tras comprobarse no se produciría el terrible final.
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